Soy Ary, una perrita de tres años, de tamaño grande y con una historia de supervivencia que ha marcado mi vida. Nací en un lugar desolado, un canal de aguas negras donde se vertían los desechos de una granja de puercos. Tristemente, mi madre fue asesinada en ese lugar. Sin embargo, otra perrita tomó la valiente decisión de adoptarme a mí y a mis hermanos para cuidarnos como si fuéramos sus propios hijos.
Las condiciones en las que vivíamos eran terribles. Cuando salíamos en busca de comida, éramos atados y golpeados. A pesar de todo, nunca me dejé vencer, y siempre mantuve una actitud valiente y fuerte. Un día, alguien generoso de buen corazón nos vio en ese estado tan lamentable y reportó nuestra situación. Y así fue como llegamos al refugio.
Fue así como mi vida dio un giro completo. Llegué a este lugar, donde recibí atención y amor incondicional. Mis heridas sanaron y pude empezar a confiar en los humanos nuevamente. Gracias a su dedicación y cuidados, mi protocolo de salud está completo y estoy en óptimas condiciones físicas y emocionales.
Mi personalidad es la de una líder nata. Ladro fuerte para proteger a quienes amo y cuido. Soy activa y siempre estoy lista para explorar y jugar. A pesar de mi pasado difícil, no guardo rencor. En cambio, soy amorosa y protectora con las personas que me han dado una segunda oportunidad en la vida. Ahora, busco constantemente maneras de demostrar mi agradecimiento y amor a aquellos que me brindan cariño y seguridad.